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Los especialistas en superficie ocular de Oftalmedic Salvà en Palma de Mallorca explican qué es la pinguécula y qué opciones hay para su tratamiento.

Qué es la pinguécula

La pinguécula es un crecimiento inusual de tejido en la superficie ocular, generalmente con forma triangular y de un color amarillento. Esta protuberancia suele aparecer en la parte de la conjuntiva más cercana a la nariz, y se trata de un depósito de proteína, grasa o calcio.

La pinguécula es una variante menor del pterigion, el cual puede llegar a invadir la córnea comprometiendo seriamente la visión del paciente. Su desarrollo se asocia a una exposición prolongada a la radiación ultravioleta. Por tanto, para su prevención será importante el uso de gafas de sol con filtros homologados.

Síntomas

La pinguécula es benigna y, en general, no produce síntomas más allá de la proliferación de tejido. Sin embargo, pueden aparecer molestias como irritación, sensación de cuerpo extraño, enrojecimiento, sequedad, etc. Es importante que si se detecta alguna de estas señales se consulte lo antes posible con el oftalmólogo para evitar problemas oculares mayores.

Pinguécula: tratamiento en Palma de Mallorca

El tratamiento de la pinguécula consiste de forma general en la aplicación de colirios antiinflamatorios y lubricantes. Normalmente estas medidas son suficientes para reducir las molestias provocadas por la pinguécula y frenar su evolución, aunque no siempre es así.

En raras ocasiones, si la pinguécula causa inflamación significativa o no cesa en su crecimiento será necesaria su extirpación. Aunque la intervención quirúrgica suele realizarse casi siempre por motivos estéticos.

La cirugía de la pinguécula es sencilla e indolora. Se realiza de forma ambulatoria y con anestesia local, y consiste en la retirada del tejido patológico y en su sustitución por un injerto de conjuntiva del propio paciente. Esta técnica disminuye significativamente las posibilidades de que la pinguécula vuelva a aparecer tras la intervención.

La recuperación tras la cirugía es rápida, habitualmente en unas semanas el ojo ya ha recuperado su aspecto normal. Por lo general, después de la cirugía será necesario aplicar gotas antiinflamatorias y es posible que haya que tapar el ojo intervenido con un parche durante unos días. En cualquier caso, las revisiones oftalmológicas periódicas son imprescindibles para el control de la afección.

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