Desde muy pequeños, los niños están expuestos a dispositivos digitales y los usan de manera intensiva. De no controlarse adecuadamente este hábito, puede ser perjudicial para sus ojos y su visión.
Podemos hacer oídos sordos a la realidad o convencernos de que nuestros hijos no pasan tanto tiempo ante las pantallas de estos dispositivos. Sin embargo, la realidad es que la digitalización está muy presente en el ámbito laboral y en el tiempo de ocio. Los niños, que son nativos digitales, no viven ajenos a este mundo. De hecho, desde bien pequeños dominan de forma intuitiva los teléfonos inteligentes y las tabletas. Además controlan perfectamente las aplicaciones y bucean por Youtube, donde encuentran tutoriales de juguetes o sus series favoritas.
Lo que sí se debe hacer es controlar las horas de exposición. Aunque no se pueda afirmar de forma concluyente que el empleo de dispositivos electrónicos provoca problemas visuales, como por ejemplo el aumento de la miopía, los especialistas de Oftalmedic Salvà ponen de relieve el uso responsable de los mismos para evitar ciertas dolencias en los ojos.
Algunos consejos de nuestros expertos
- Evitar la exposición prolongada a estos dispositivos, ya que puede producir enrojecimiento, lagrimeo o fatiga ocular.
- Intercalar periodos de descanso con el fin de que se pueda cambiar el enfoque de la visión a otros puntos y no estar continuamente enfocando de cerca.
- Parpadear con frecuencia para mantener el ojo hidratado correctamente, ya que debido a la concentración se parpadea menos de lo normal.
- No usar estos dispositivos en lugares con excesiva luz y evitar los reflejos en las pantallas.
- Tener el dispositivo a una distancia correcta, ni muy cerca ni muy lejos.
- Intentar no utilizar este tipo de aparatos cuando se esté muy cansado.
- Mantener el dispositivo por debajo de la línea visual, con el cuello ligeramente inclinado sin que el ángulo supere los 35 grados.
- Realizar revisiones oftalmológicas de forma periódica.
Los ojos nos acompañan a lo largo de nuestra vida, son irremplazables. Por ello, es necesario cuidarlos para que no afecten negativamente a nuestra calidad de vida.